
Nuestra historia
Es la historia de una familia holandesa que se enamoró de la mágica isla de Tenerife y decidió instalarse en el norte, en el corazón de Anaga, para vivir una vida llena de aventuras, experiencias y cultura.



La protagonista de esta historia, se llama Elisabeth y nació en Holanda en febrero de 1946.
A los 24 años, Elisabeth se dejó inspirar por el entusiasmo de su hermana Lydia, que ya vivía en Punta del Hidalgo, Tenerife, donde se instaló junto con su marido Co y sus hijos Marjolein y Luke.
Elisabeth vino a pasar unas vacaciones con su familia y también se enamoró de la isla y de la energía que emanaba. Conoció a Pedro, que más tarde se convertiría en su compañero de vida y también en su pareja.
Tenían una visión muy particular de crear un complejo vacacional cerca del mar y de las montañas de Anaga a finales de los 80, un complejo vacacional en el que participaron activamente desde la colocación del primer ladrillo.
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El complejo vacacional constaba de 65 pisos, una piscina, restaurante y un centro de bienestar, con vistas al mar, las montañas y el imponente TEIDE.
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Gracias a la personalidad extrovertida de Elisabeth, a su carisma, a su energía y a su alegría, llegó a ser conocida por mucha gente. Los huéspedes que venían a alojarse en el complejo se contagiaban del encanto y la magia de la isla y de la hospitalidad de esta enérgica mujer. Ella solía contar muchas historias de la isla y sus habitantes, historias que llamaban la atención de los huéspedes y les hacían volver a visitarla al año siguiente y al siguiente y así sucesivamente.
El Resort se convirtió en un lugar que ofrecía un tiempo de descanso, relajación, buena comida y una compañía muy agradable.
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Su hermana Lydia, su cuñado Co, su sobrina Marjolein y su sobrino Luke la visitaban continuamente. A menudo se quedaban largas temporadas en el complejo. En muchas ocasiones Co y Lydia entablaron amistad con muchos huéspedes que repetían. Todos se sentían como una gran familia. Lydia, al igual que su hermana Elisabeth, respiraba una energía y una magia cuando venía a Tenerife y especialmente a Atlantis Park en Punta del Hidalgo, este era para Lydia un "lugar lleno de encanto donde se sentía feliz".
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Lydia nació en noviembre de 1940 en Holanda al igual que su marido Co, la relación de Co con Elisabeth era muy estrecha, Co era como su hermano mayor, solía viajar por todo el mundo con su familia debido a su profesión de ingeniero aeronáutico, él llegó a conocer muchos países donde incluso nacieron sus hijos Marjolein (Luxemburgo) y Luke (Congo). Co y Lydia tenían fantásticas historias y relatos que compartían con Elisabeth cada vez que la veían y la relación y conexión entre los tres era muy fuerte.
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El 2019 fue un año triste para la familia, en mayo falleció Lydia y en julio Elisabeth.
Hasta sus últimos días Elisabeth estuvo involucrada en el funcionamiento del hotel y siempre estuvo presente en todos los eventos del hotel irradiando energía y contagiando su enorme sonrisa y ganas de vivir a los demás. Uno de los mayores deseos de Elisabeth era que el hotel permaneciera en la familia y que el personal pudiera conservar sus puestos de trabajo. Estos deseos se han cumplido, los miembros de la familia, Luke y Marjolein, los hijos de su hermana, son los que que ahora continúan con el legado de su tía.
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Para Marjolein, Elisabeth era la tía aventurera con una energía contagiosa y muchas historias interesantes, Marjolein intentaba visitar a su tía siempre que podía y siempre que pasaba por Tenerife. Marjolein está ahora casada con Derek, con quien comparte cuatro hijos, y viven en Nueva Zelanda.
Al hermano de Marjolein, Luke, también le gusta la aventura y especialmente el surf, él se siente muy atraído por lo que representó el norte de Tenerife y lo que representa en su vida. Luke está casado con Rebecca y tienen dos hijos. Actualmente viven en Australia.
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Toda la familia Co, Marjolein, Derek, Luke y Rebecca están comprometidos a cumplir los deseos de Elisabeth de continuar con el Atlantis Park Resort en Punta del Hidalgo, para continuar la mágica historia que se creó hace más de 50 años, para continuar la aventura del servicio, para seguir ofreciendo un poco de magia a quienes visitan Atlantis Park y para mantener la chispa que creó una mujer inspiradora, llena de ideas y pasión por la vida hace cinco décadas y, especialmente, para mantener el complejo en la familia.